Furtivo, me acerco, te acecho, te mido, te deseo
solitario entre la bruma de mis temores
eres presa indefensa, eres cazadora implacable,
presa de mi encanto, depredadora de mis sueños.
Con malicia te percatas de mi presencia
y con delicioso cinismo anuncias la sorpresa
y con sutileza te dejas llevar por mi inútil cacería
mis esfuerzos son ahora en vano
pues cazador cazado, me vuelves tu prisionero...
la dualidad entre atacante y victima muestra la voluptuosidad de la busqueda constante de aquella la cual sea digna de unas lineas tales para rozar su alma con esta prosa ignea...
ResponderBorrarsolo se conoce de el su nombre, su estado es indecifrable... llamemosle aquel solitario bohemio cuya compañia es la soledad de sus lineas y la inspiracion de Erato.
Parce para que hablo mierda le quedo muy bakano ha perdon que le diga parce yo se que es mejor que le diga doctor o principe!!!
ResponderBorrarAquel solitario bohemio no tiene como compañia la soledad de sus líneas, porque no hay tal soledad (o tal vez una especie de "soledad tan concurrida!"), por el contrario, es un tropel de gente, de demonios, de angeles y de una que otra Nereida. Estas líneas opacas atraen criaturas de belleza inconmesurable, hipnóticas y encantadoras, cual Galatea en esferas, cual pesadilla Daliesca, cual galatea de marfil, encantando sin esfuerzo a su creador.
ResponderBorrarQuien sabe si algún día los dioses den vida a estas líneas que con malévolo cuidado trato de esculpir, y al quisquilloso Pigmalion entregase su nostalgia corpórea...