jueves, 30 de agosto de 2012

Palabras de más, silencios de menos,
el pentagrama de una obra aleatoria,
compases de profusa e inútil expectativa.
Mi espíritu ebrio hace sobrias confesiones
a tu espíritu sobrio que teme caer en la ebriedad libertina.
Somos presas de nuestro pánico escénico,
de desnudar nuestros miedos frente a frente,
de penetrar la cotidianidad, de violar la tranquilidad,
de deshacer el sinsentido, de sodom
izar la tristeza,
el terrorismo cardíaco, la percusión caótica
marcan el tiempo perdido, sincopando la rutina.
Eres una, y yo soy otro,
pero tu y yo, no somos nosotros.

Soledad

La soledad es como una caverna
profunda, 
interminable, 
absolutamente oscura, 
de vez en cuando
ves una luz tímida 
y crees que es una salida, 
luego te das cuenta 
que es una luciérnaga traviesa, 
y el espejismo de compañía 
termina siendo un culo más
que intermitente te llamó la atención.
Diría que un buen existir
en general debiera consistir
en valientemente resistir,
por tus derechos insistir,
y en tu lucha persistir.
A tus herman@s asistir;
y de la vida no desistir
para únicamente, subsistir.

martes, 28 de agosto de 2012

Imperfección


Me abrazo a mis defectos,
a mis temores,
por mis sentidos deshonores
me regocijo en vos,
vasija de barro, poporo de oro,
tesoro enterrado en mis suspiros.

Me abrazo a mis defectos,
asiendome a tu recuerdo
palmera de montaña, húmeda y mía,
mis recuerdos te recuerdan
mis anhelos te desean
mis prejuicios no te aprueban.

Me abrazo a todos mis defectos,
me abrazo a vos
que sos mi mejor defecto,
mi temor añorado,
y mi honor deshechado.

Te quiero cerca

Te quiero cerca, 
tan cerca, 
muy cerca,
tan cerca como aquel punto 
en que al mirarnos somos cíclopes, 
en ese punto en que las palabras no existen, 
pues queda bastante difícil hablar 
cuando no está definido claramente 
dónde terminan mis labios y comienzan los tuyos.
Justo allí, 
donde el calor de tu entrecortada respiración
abrasa mi inspiración,
justo allí,
donde inevitablemente sonríes,
y beso tu sonrisa, con dientes incluídos.
Aquel punto en que compruebo
que tienes la horma perfecta de mis abrazos,
que posees un cariño ergonómico a mis suspiros
y que tus besos permean mis labios
y humedecen sin control mi alma.
Te quiero cerca,
tan dentro,
muy dentro...