lunes, 21 de febrero de 2011

La Musa Desnuda

Musa eterna de celestiales ropajes
Sensualidad infinita de sabor ilegal
De tu dorado pedestal nunca bajes
No mortifiques de nuevo a este inútil mortal

Tantas veces hecha carne
Prisión de piel y de hueso.
Tantas veces hecha polvo
Mansión de futil recuerdo.

Implorando a gritos tu presencia
divina y sensual majestad
en susurros de estridencia
a tus manos doy potestad

Arranca esta vida vagabunda
y tórnala de nuevo a su celda
líbrame de la necedad inmunda
de remover de tu cuerpo una prenda

No dejes que navegue en tu fuego
Ni permitas que tus pechos descubra
Ni tus caderas entregues, te ruego
Acompáñame en mi eterna penumbra

Inspírame como siempre la tristeza
o regalame unas líneas más de alegría
pero no vuelvas en terrenal pobreza
no alimentes de nuevo mi melancolía

Quédate en tu cielo dulce angel bello
Mantente lejos de mis ansias de hombre
porque desesperado rompería el sello
y voraz te pondría un cuerpo y un nombre

Pues cada beso, y cada caricia
que pueda darte en cada querella,
cada prenda que desate con pericia
es tu desnudez reflejada en ella

Es prematura y dolosa puñalada
que asesto en mi maldito ser
Pues Musa etérea! tu esencia soñada
termina siendo una desleal mujer.

AnFeG